Es realmente el oro un elemento de inversión confiable para resguardarnos de las crisis:
El siguiente escrito es un análisis de la situación actual desde nuestra perspectiva, jamás debe ser tomado como una sugerencia o incitación a efectuar inversión alguna.
En la actualidad hemos visto la proliferación de analistas de inversión pronosticando una caída abrupta de los mercados de capitales y de las economías del mundo entero, de igual manera observamos, según la opinión de personas reconocidas en el mundo de las finanzas, que se espera una caída en el poder adquisitivo del dólar, moneda utilizada por la mayoría de los mercados para proteger el poder adquisitivo.
De entrada esto tiene características de ser un problema sin salida, porque mantener liquidez en los bancos pareciera no ser lo adecuado sí se espera un proceso inflacionario a nivel mundial, invertir en el mercado de valores, todos los expertos apuntan a que los rendimientos no serán positivos, las materias primas, serán afectada de igual forma que el resto del mercado financiero dada la caída del consumo que se ha registrado hasta el momento y que se espera que siga cayendo, entonces quedan los metales preciosos cómo el oro, la plata, el cobre, entre otros, cuyo comportamiento histórico durante las épocas de crisis, como la del 2008, han demostrado tener un comportamiento similar al del mercado de capitales o financiero, es decir, el juego de la oferta y la demanda influye en el precio de los metales preciosos y por tal motivo son susceptibles a las crisis económicas igual que cualquier otro instrumento financiero.
Después de ver que desde la inversión en papeles comerciales a la adquisición de metales preciosos parece que la única salida viable se encuentra en la mantener posiciones liquidas a la espera de oportunidades de inversión equilibrando los riesgos lo mejor posible, es decir actuar como si la crisis no existiera, tal afirmación se hace apuntando que para la inversión que mencionamos se utilizarán flujos de caja excedentarios y no los necesarios para sufragar los gastos operativos o gastos comunes en el desarrollo normal de las operaciones o vida diaria.